lunes, 19 de febrero de 2018

Planet Run


// julio 20th, 2013 
Creían que me había muerto? Que fuí abducido por unos marcianos de cuello laaaargo y mirada prominente? No, nada de eso, chavales. Lo que ocurre es que me dejé arrastrar por las caudalosas aguas de la pelotudez humana, y empecé a creer que el dinero, la salud y las buenas costumbres eran mas importantes que los videojuegos y los bloopers de viejas que se ponen en pedo y se rompen la cabeza contra el mostrador. Ahora por suerte estoy retomando el sendero luminoso (no, no ese… No, señor, no vaya a creer!) y dejando atrás los malos tiempos de oscuridad y buen comportamiento cívico.
Hoy les voy a hablar de un juego de mesa. Mejor dicho: Les voy a hablar de un juego de mesa que pueden imprimir, armar y jugar en sus casas de manera cuasi-gratuita (hay que pagar la tinta… o al menos vuestro jefe debe hacerlo, si es que vais a usarle la impresorita, pequeñines!). Pero además de ser “Print&Play” y gratuito, debo decir que se trata de un juego solitario, y ahí se me cayó la mitad del rating (desde la cucaracha me avisan que nos acaba de pasar Julian Weich comiéndose una vela de cera y gritando a lo Pepe Biondi), porque la mayoría de la gente no se atrevería jamás a imprimirse algo y jugarlo en la soledad de su guarida.
Los “board games” solitarios son todo un género en si mismos, pero es cierto que no son para cualquiera. Hay que tener las bolas muy bien puestas para jugar a este tipo de cosas y no dejarse llevar por la Santa Inquisición que nos susurrará al oido: “che… y si te ponés a espiar la vida de los demás en Facebook? Eso es lo que LA GENTE NORMAL HACE”, y entonces uno dice “claro, hay que madurar” y se pone a intentar agradarle a toda una panda de pelotudos que no deberían participar del armado del mundo en primera instancia. No, señores, no se confundan: A pesar de todas las incongruencias que estoy diciendo (y que ni yo comprendo de modo cabal), hoy voy a hablarles de modo anecdótico (pero como llamado de atención hacia un tema mucho mas amplio y suculento) de un juego de mesa solitario interesantísimo, y que además tiene la mejor portada de la historia:
En serio, es perfecta. Minimalista, icónica, que rinde tributo -con esos colores planos- a las portadas de libros de los años 60 o incluso mas atrás. “Planet Run” es un juego de Experimental Playground, en donde encarnamos el papel de un astronauta cuya nave ha quedado varada en un ignoto planeta de la galaxia. Nuestra misión es reparar la mayor cantidad de sectores de nuestra nave (lo que nos dará a su vez mayores posibilidades de éxito en nuestra misión) y, cumplidos los 15 “días” de plazo que tenemos asignados en el juego, intentar huir de ese asqueroso planeta y acercarnos lo mas posible a la Tierra (otro planeta de mierda, pero que al menos tiene chocolate y cannabis… lo que, ahora que lo pienso, lo hace muy groso).
Mientras intentamos reparar nuestro vehículo espacial, nuestro personaje también debe procurarse alimento, y para ello debe aventurarse a cazar los raros bichos que por este chotísimo planeta pululan. Miren nomás las fotos de los bichos a los cuales debemos enfrentarnos:
Y como es la mecánica? Se preguntarán… Pues se trata de un simple juego de “gestión de dados” (así les llamo yo, y creo que en inglés es algo así como “Dice Placement”), esto es: Tirás una cantidad de dados (que puede ir aumentando acorde cumplamos ciertas misiones o “invirtamos” nuestros resultados en alguna mejora o item) y luego los utilizamos para comprar armas, herramientas, obtener recursos de los diferentes sectores del planeta descubiertos -porque no les había dicho, pero este también es un juego de exploración y explotación-, reparar la nave, cazar, etc. A su vez existe el indicador de vida (si nos quedamos sin vida… bueno, ya se sabe lo que suele ocurrir) y el de tiempo o de “turnos”. Cuando se vence el plazo, contamos un dado por cada uno de los sectores de la nave que hayamos podido reparar y los lanzamos… el resultado total se coteja con la tablita inferior et voilá: así de lejos hemos llegado esta vez en nuestro intento por escapar, y ese es nuestro puntaje final que tendremos que batir cual si fuese un record personal.
Que es lo que me gustó de este juego? Bueno, en primer lugar me encanta la estética, tan fiel al estilo de Experimental Playground, y este es uno de los mejores juegos que he probado de este (estos?) diseñador, pero en general me agradan todos en su aspecto estético. El poster-cover de la nave huyendo me sigue pareciendo una de las cosas mas bellas de la vida (muy superior al amor de madre, por ejemplo) y la mecánica, si bien no lo hace merecedor de ningún premio a la originalidad, es funcional y el juego fluye con mucha soltura, siempre presentando situaciones de riesgo en donde hay que tomar decisiones relevantes. El detalle final del pool de dados le aporta un toque mas de dramatismo, ya que aun haciendo todas las cosas bien y reparando todos los sectores de la nave… algo puede salir mal.
La única crítica que le haría es que lamentablemente si los dados nos ayudan al comienzo, los últimos tres o cuatro turnos pueden sentirse como “de sobra”… no le vendría mal a este juego un mecanismo de desastre natural que equilibre las cosas… pero así y todo esas situaciones no se dan muy seguido.
Planet Run: El juego antisocial que Perón creó. Juéguenlo, y cómanse un pato de esos espaciales que les va a hacer muy bien.

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