lunes, 19 de febrero de 2018

Street Fighter X Megaman (!!!!)


// enero 18th, 2013 
Acabo de recibir un comentario de parte de uno de mis amados lectores que realmente me conmovió y me llegó al alma. En dicho mensaje podía leerse la frase (palabras mas, palabras menos… o tal vez no) “Che, podrías ir actualizando el blog, no?”. Cuanta razón tenía este buen hombre (o mi vieja, si decido creer ciegamente en el nick que figura como firma).
El caso es que hace escasos días escribí un larguíiisimo post acerca del Mancala (juego milenario de origen africano) y por culpa del WordPress hijo de puta de los cojones -coño- el asunto se me colgó, se me borró, no se me guardó y me entristeció, oh oh oh. Así que me agarré tal calentura que decidí destruir todos los objetos violetas que hubiese en mi habitación (y por suerte eran pocos, algunas docenas nada mas), uno por uno, gozando cada momento como si fuese el último estertor de placer en este mundo sinsentido que no es otra cosa que un sueño soñado por un loco… Gracias a este mensaje tan bienintencionado de parte de mivieja, pude ver nuevamente la luz y aquí estoy, hermanos míos, usando el bloc de notas por si acaso, pero siempre Firme junto al Pueblo que me da la espalda, pero que sin embargo existe.
Hoy les quiero hablar de un hermoso regalo que la gente de Capcom le ha dado a la HUMANIDAD. Ustedes saben quienes son los muchachos de Capcom, no? Ustedes lo saben porque han fichineado a granel en su mas prepubescente infancia, huyendo de los exhibicionistas y ladrones, esquivando gordos sudorosos y padres fumadores en esos Sacoa de Pompeya durante la década del 90. Que tiempos aquellos, no? Allí jugábamos al STREET FIGHTER II y nada nos importaba… Luego, al llegar a nuestro hogar destartalado, encendíamos el family game y sacudíamos los píxeles brillantes al ritmo de Megaman (o Rockman, dependiendo la versión), uno de los mejores juegos de plataformas-shooters que jamás se hayan inventado. Todo esto gracias a Capcom, claro, que son unos japoneses que se la re bancan.
Ahora -en realidad hace ya unos cuantos días como motivo de los 25 años del bombardero azul, pero bueno… remitirse al párrafo inicial- Capcom nos obsequia con un nuevo Megaman que conserva todo el flavor de las versiones de 8 bits (Como debe ser. Puedo llegar a levantar controversia con esto que estoy diciendo, pero la verdad es que me la trae floja: Megaman es un juego con estética 8 bits, y nunca me terminaron de cerrar los Super MegaMan para la SNES, aunque no los desmerezco como juegos ya que están muy bien hechos) y con varios personajes del Street Fighter como jefes!!! (!!!!). Para los que no estén familiarizados con la mecánica clásica de esta franquicia -y por lo tanto merecen un buen tirón de orejitas- solo me resta decirles que se trata de un ir avanzando a travéz de distintas pantallas plagadas de enemigos y trampas, disparándoles o directamente esquivándolos, y al final de cada uno de los “mundos” a explorar nos encontramos con un Jefe final, que en este caso puede ser Ryu, o Chun Li, o Dhalsim… Solo que Megamanizados.
Y por qué tiene que estar bueno todo esto? Porque se los digo yo? No solo por eso, niños. Además de lo divertido que me resultó luchar contra los personajes del Street Fighter en un entorno atípico, este tipo de “cross-overs” entre dos franquicias son como una especie de bálsamo para nuestro cerebro enmohecido por la nostalgia y el vicio de los videojuegos. Sentimos que no estamos solos, que hay gente que nos comprende y -mejor aun- quiere darnos lo mejor, porque venimos jugando desde hace décadas y no se han olvidado de nosotros. A su vez, estas acciones sientan precedente y abren la puerta a todo tipo de ideas locas que no necesariamente requieren de mucho presupuesto ya que pueden servirse de gráficos demodé y mecánicas recicladas pero como contrapartida testeadas hasta el hartazgo.
CAPCOM, los viejos como yo te amamos

Mijnlieff – Un “Ta-Te-Tí” con esteroides


// junio 7th, 2015 
mijnlieff

Ahh el Mijnlieff! Quién pudiera inventar un juego así, y que sana envidia surge desde adentro de mi pecho cuando lo disfruto y analizo con ojos no solo de jugador sino también de pretendido diseñador.
Mijnlieff (se pronuncia “mainlif”, aproximadamente) es, como lo anuncia el título, una especie de “ta-te-tí” o “Tres en linea” con muchas vitaminas y minerales necesarios para evitar el aburrimiento. Ya sabemos que el tatetí es una cagada y que casi ni podría considerarse un juego de tan simple que es (algunos lo catalogan de “código” mas que de actividad lúdica: Si “sabés” jugarlo no perdés, y el perder te excluye del grupo de los “niños que entienden”, etc.) pero el propio concepto de acomodar tres piezas propias en linea recta horizontal, vertical u oblicua no tiene nada de malo per se, y se han creado infinidad de juegos mucho mas interesantes y con profundidad no solo táctica (a corto plazo, trampas, dobles ataques, etc.) sino también estratégica (largo plazo, posición, previsión…).
Minjlieff agranda el tablero (el estandar en este caso es 4×4) lo hace variable (como está compuesto de bloques de 2×2, las posibilidades de presentar una geografía distinta del mapa de juego son muchas, aunque por razones obvias al objetivo del juego los tableros posibles y verdaderamente jugables son algo así como media decena) y le agrega una mecánica importantísima, vital: Cada pieza jugada RESTRINGE el juego del rival y lo obliga a depositar su próxima pieza en determinados sectores del tablero, inhabilitando otros. Ahí la cosa cambia, y con este simple concepto el juego pasa a ser interesantísimo, aunque no necesariamente confuso o difícil de entender.
DSC04528Mi Compañera y su gata de la Suerte. Claro que Mijnlieff carece por completo de azar en sus reglas, si excluímos el obvio requerimiento de elegir quién comienza el juego.

Quedé tan impresionado con la versión para iOS de este juego, que no pude evitar caer en la piratería artesanal y fabricarme este set impreso (y montado sobre goma eva) que me permite jugarlo fisicamente por cinco pesos. Existe la versión original, confeccionada en madera, e incito a todo el mundo a comprarla, si es que tienen el dinero. En Epimundo.com somos unas ratas, pero no caemos en apologías tan seguido.
Sigamos con esta breve reseña de las reglas, al menos para que puedan hacerse una idea aproximada del gameplay: Al comenzar la partida los cuatro casilleros del centro están vedados para el jugador 1 (lo que es lógico, ya que sería practicamente invencible un jugador que pudiese, además de tener la primer jugada a disposición, hacerla en uno de los casilleros mas importantes. Cada player tiene a su disposición ocho piezas de su color, con cuatro íconos diferentes (dos de cada una). Este “ícono” indica que tipo de restricción tendrá la jugada próxima del rival:
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Cruz Diagonal – La pieza siguiente debe ser jugada en un casillero que se encuentre en la misma linea diagonal que esta última pieza. En la foto de arriba puede verse como tres piezas diagonales han sido colocadas, justamente, utilizando la misma diagonal, aunque ello no es necesario (El rival puede contestar con el TIPO de pieza que quiera, siempre y cuando ocupe un casillero que respete la restricción que la pieza jugada anteriormente por su contrincante lleva marcada en su cara).
Cruz Ortogonal (Cruz común y corriente, muchachos) – La pieza siguiente debe ser jugada en la misma fila o columna que esta.
Círculo pequeño – La pieza siguiente debe ser jugada en un casillero adyacente.
Círculo grande (en realidad no es un círculo, y de modo icónico nos está queriendo dar la sensación de repulsión cuasi magnética, pero se entiende la idea, si es que están mirando la foto superior) – La pieza debe jugarse en un casillero NO ADYACENTE.
Que pasa cuando no se puede realizar jugada alguna que cumpla con el requisito? Simple: El jugador pasa el turno, sin posibilidad de jugar ninguna de sus piezas. De esto se deduce que GRAN parte de la estrategia de este juego consiste en hacer “pasar” al otro, y en evitar llegar a situaciones tales. Tener dos jugadas seguidas en un juego que consiste en formar “tres en linea” es dramáticamente positivo, el equivalente futbolístico a tener un hombre mas que el rival, o dos tal vez.
Cada vez que alguien forma tres en linea se anota un punto. Cuatro fichas en linea valen dos puntos, y si ya teníamos formado tres, y le agregamos otra pieza, simplemente sumamos un punto mas a nuestra cuenta total. Simple, claro y divertido.
DSC03847Mijnlieff no es, por supuesto, el juego perfecto. El tablero es pequeño para tener suficiente profundidad táctica, y a menudo algunas jugadas llevan a seguidillas de “movimientos forzados”, donde practicamente ya no se decide mas nada y el juego se acelera hacia su final anunciado. Pero a menudo este tipo de situaciones podrían haberse evitado con un mejor entendimiento de la dinámica del juego, y eso se logra con mucha práctica. A menudo lo comparo con un partido de fútbol de hoy en día: Cerrado, pocos goles y muchos empates… pero donde el mas mínimo error puede ser fatal. Tiene su encanto, y para mi es “perfecto” en el sentido de lograr lo que se propuso: ser un juego simple y a la vez interesante.
Pueden buscarlo y bajarlo de la AppStore, Google Play y vaya uno a saber si ya no existe para PC también. Sino, vayan a lo mas simple: dieciseis cuadraditos con los dibujos que en estas mismas fotos pueden verse, una cuadrilla de 4×4 (o diseñar cuatro de 2×2 para los “tableros atípicos”) y a jugarlo. Que el tatetí no se manche.

Ginger Ale casero


// enero 4th, 2015 
DSC04494Vieron que existe una bebida llamada “ginger ale”, no? Que es una gaseosa con base de gengibre y mucho azucar… A mi me gusta, a otros les puede parecer empalagosa (aunque rica) y a la gran mayoría ni le va ni le viene (habrá quienes la odien, pero es un sentimiento demasiado fuerte para una bebida, no? Retírese, señor). El caso es que a mi se me ocurrió que debía haber una manera de hacerGinger Ale casero, al estilo cerveza de raíz, que es algo muy bebido en otras partes del mundo que no son Lanús. Busqué por la sabrosa web y me encontré con algunos lineamientos básicos, que como siempre interpreté como quise… y este es el resultado:
En primer lugar herví dos litros de agua y luego de hacerla ebullir durante cinco minutos (para eliminar el cloro, mi peor enemigo cuando está fuera de la pileta) le agregamos un par de buenas cucharadas de gengibre rallado. Acá las cantidades pueden variar, para hacerlo mas fuerte o menos fuerte… yo estaba algo alcoholizado, o había perdido Boca, no recuerdo muy bien, pero lo cierto es que no llevé mucho la cuenta de nada y le puse un par de cucharas soperas de gengibre, y una taza y media de azucar. Revolví un par de minutos mas (hasta que el azucar se disuelva bien, eso sí) y apagué el fuego, dejando que se enfríe mientras toma sabor.

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Como no tenía a mano ninguna levadura “cervecera”, tuve que recurrir a la típica levadura en polvo para gastronomía (cuya marca no voy a mencionar para no hacer propaganda). apenas una cucharadita (menos de un tercio del paquete de 50 gs, sin dudas) disuelta en agua tibia con un poco de azucar… Cuando empieza a burbujear, quiere decir que está sana y activa, y dispuesta a comerse todo el azucar que le pongan por delante porque son así, estos bichos maravillosos son así. Las hormigas también hacen lo mismo, pero no generan birra ni espuma, así que por mí que se vayan y no vengan nunca mas.
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 Pepsi no me dió un mango por esto. Y los de Top House tampoco… ni un hornito)
Cuando nuestro precioso nectar está lo suficientemente frio (podemos ayudar llevándolo un rato a la heladera, pero no debe enfriarse del todo! tiene que estar a temperatura ambiente) le agregamos un chorrito de jugo de limón, la levadura activada, revolvemos y lo pasamos a una botella de gaseosa, a la que previamente vamos a “abollar” un poquito, así le damos lugar a que se hinche por la fermentación. Cada par de horas revisar como viene: Si está muy hinchada y a punto de explotar, abrir un poco la tapa para liberar algo de gas y cerrar. Mas o menos de 12 a 24 horas después tenemos una deliciosa bebida llena de burbujas para disfrutar. Enfriar en heladera para que corte la fermentación y porque además así se bebe, bien fría.
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Miren lo que es eso. Obviamente que si tienen levadura cervecera tienen que hacerlo con ella! (dejando quizás un día mas de fermentación, dependiendo el tipo) pero se puede hacer de cualquier manera, y vale la pena intentarlo. El sabor es mucho menos dulce que la comercial (y si lo dejamos un par de días mas fermentando, cada vez tendremos menos azucar y mas dióxido de carbono) y las propiedades desinflamantes del gengibre están en su máximo esplendor (si estás resfriado, el Ginger Ale casero te sanará, hermano). Se pueden variar todas las cantidades a gusto del consumidor, yo todavía sigo intentando mejorarla y he probado con mas y menos azucar, levadura, limón y también otros sabores.
La fermentación casera tiene su encanto.

Bálsamo de tigre – El mejunje chino


4 de enero de 2015
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Hoy Epimundo.com se pone serio. Hay momentos para joder, claro, pero también existen otras ocasiones en las cuales es necesario quitarse el calzón de la mentira, y hablar desnudo, gritando verdades a los cuatro puntos cardinales. Bienvenido Esquimalia, Bienvenido Cuba, y Bienvenidas todas las grandes naciones del globizón, aquí les presento el tónico definitivo, la medicina oriental viene en forma de botellita y se llama Bálsamo de Tigre. Mucho gusto.
Señora, usted que está en su casa lavando los platos las 24 horas del día (porque a su marido se le ocurrió poner una parrillita en el living y vender chorizo al obrero) y soñando con un mundo lleno de cadáveres en el suelo… Pare de sufrir! Únjase este sagrado líquido con fuerte olor a alcanfor por la espalda, y verá como sus contracturas desaparecen casi como por arte de magia. De Magia China, que se hace igual que la occidental pero con un palito en lugar de varita.
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Como podrán ver en las fotos, el producto en cuestión se consigue en cualquier negocio del Barrio Chino Porteño y viene en dos colores y densidades: Rojo líquido y blanco pomada. El primero genera calor en la zona donde fué aplicado, el segundo frío. Pero ambos son muy buenos para un montón de giladas como picaduras de mosquitos, dolores musculares, nariz tapada en invierno, nariz caliente en verano, y millones de cosas mas. De hecho, Epimundo.com tiene la teoría de que el Bálsamo de Tigre (algunos le dicen “pomada china”, pero eso solo se aplicaría al que viene, justamente, en forma de pomada. Además el otro nombre es tan copante que no puedo decirlo sin excitarme gravemente) cura TODAS las enfermedades del mundo, o al menos no las empeora.
Mucosidad? Claro, el bálsamo de tigre lo soluciona. Pié de Atleta? Ponete un poco en el alerón y vas a ver lo que se siente.
Luxaciones – Vómitos – Exceso de verticalismo  – Stress – Picaduras de araña – Mordedura de animal pequeño – Frescor – Calor – Gonorrea – Piojos – Mal de Ojo – Maleficencia – Zoometría – Dolor de nuca – Dolor de Rodilla – Dolor en General – Redundancia – Etc.
Este mejunje CURA TODO, se los aseguro. No lo beban, claro, porque puede ser un poquito mortal, pero luego pásenselo por cualquier parte de la piel que les va a hacer bien.
DSC03802Viene con un breve manualcito, escrito en un cocoliche mezcla de inglés con chino, y que me ha hecho inmensamente feliz leer… Saben para que recomienda el “manual” usar el bálsamo de Tigre? Para los dolores “after wrestling”, o sea, después de la Lucha Libre. Es el mejor producto del mundo y tengo razón.

Love Letter


// octubre 26th, 2014


Si, claro. El “Love Letter” es un juego que fué novedad allá por finales del 2012. Lo probé en el verano del 2013 y tenía pensado hacer una reseña, pero pasaron millones de cosas (me uní a una secta, hubo un terremoto cuyo epicentro fue la esquina de Manuela Pedraza y Rivadavia (Lanús), se me quemaron unos papeles que contenían, entre otras cosas mas importantes, borradores de futuros posts de Epimundo.com y la fórmula contra la boludez -inyectable-… Muchas cosas, terribles, que han hecho que mi cerebro se resienta y pierda toda conexión con la realidad aparente. Así que aquí estamos, desde el samsara virtual, al menos intentando recuperar parte del tiempo perdido y comunicando las buenas nuevas, que ya no son tan nuevas…

Y por qué les quiero hablar del Love Letter? Porque es un juego que tal vez muchos de ustedes conocen, pero tal vez a algunos se les pasó por alto, y ningún jugador de juegos de mesa y cartas debería dejar de jugar, al menos una vez en su vida, a esta maravillosa gema del diseño contemporaneo japonés.

Solo 16 cartas (y algunas “fichas” o porotos para llevar la cuenta de los puntos) integran este micro-juego para dos, tres o cuatro jugadores (a mayor cantidad de personas, mas diversión en este caso. En otros órdenes de la vida, como por ejemplo el viaje en colectivo o la cola de un banco, TODO LO CONTRARIO). Por supuesto que en Epimundo ya hace tiempo decidimos no comprar absolutamente nada porque, como podrán observar nuestros avezados lectores, caímos por debajo de la linea de pobreza y aun así no nos resignamos y queremos jugar a todo lo que anda suelto por ahí. Así que me hice no una, sino DOS versiones Print & Play: Una con los gráficos de la edición “occidental” del juego (la pueden ver en las fotos que rodean este párrafo) y otra con los personajes de la serie televisiva Adventure Time (grosísima serie, para los que no la vieron). Esto, claro, es solo un detalle cosmético y no altera el funcionamiento habitual del juego, ya que las reglas son las mismas.
El tema del juego es muy simple y superficial (con esto quiero decir que, si bien está bastante integrado con las reglas, no es un juego particularmente temático): Todos los jugadores pugnan por entregar una carta de amor a la Princesa del palacio, mientras se boicotean entre ellos e intentan descubrir quién es el que puede llegar al final con mas posibilidades de éxito.

Por qué Love Letter es un gran juego? Primero y principal por una cuestión que podríamos denominar “coyuntural” (si, estuve escuchando muchos discursos políticos ultimamente, y se me pegó la pseudo-erudición y la maldad): Este juego abrió la puerta en occidente a todo un género lúdico en si mismo: Los microgames japoneses. Pocas cartas, pocos componentes, partidas enteras que duran no mas de quince minutos (y rondas que a veces duran 1 minuto o dos, como mucho) y mecánicas simples pero bien combinadas. Pareciera ser que los diseñadores de juegos tradicionales en Japón, intentan competir contra los nuevos modos digitales y portátiles de diversión (ya se sabe: Angry Birds, Candy Crush, Criminal Case, espiar las fotos de alguna persona que envidiamos en Facebook, etc.) y para vencer a tan poderoso enemigo es inteligente y práctico copiar sus mejores logros…
Por lo tanto, los microgames tienen que ser portátiles en grado sumo, fáciles de explicar (casi sin necesidad de “tutoriales”, con reglas que entran en una sola carilla), poco aparatosos a la hora de desplegarlos en la mesa y rápidos a la hora de terminar una partida. Love Letter cumple con todos esos requisitos, y le voló la peluca a todos.
Cada jugar toma una carta del mazo, y la mantiene oculta. El objetivo del juego es llegar al final de la ronda con la carta de mas valor (todas ellas tienen un valor numérico que va del 1 al 8) y la mecánica es la siguiente: El jugador que comienza la ronda toma una carta del mazo (quedándose temporalmente con dos cartas en la mano) y descarta una de ellas a elección, boca arriba sobre la mesa. TODAS las cartas, al ser jugadas, realizan una acción, que en general va dirigida contra alguno de los otros participantes (por ejemplo: los “Guardias”, cuyo valor numérico es 1 y por lo tanto carecen de sentido a la hora de guardárselos para el final de la partida, una vez descartados permiten al jugador apuntar a otro contrincante de la mesa y decir, en voz alta, que carta SUPONE que tiene en la mano. Si acierta, el jugador que ha sido acusado debe retirarse de la ronda, perdiendo la posibilidad de llegar al final de la misma y ganarla. El “Cura”, cuyo valor numérico es 2, permite espiar la carta del rival que elijamos, y así sucesivamente, todas las cartas tienen su acción y su número). La mas poderosa para llegar al final es la Princesa, cuyo valor es 8… pero por otra parte carece por completo de valor al descartarla en la mesa (de hecho, si hacemos esto, perdemos automaticamente la ronda).
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En ocasiones no se llega al final, ya que basta con que todos los demás jugadores hayan sido eliminados para adjudicarnos un punto y dar comienzo a una nueva ronda, previa mezcla del mazo y nuevo reparto. A los cuatro puntos alcanzados por cualquier jugador (o corazones, en nuestro caso, ya que mi mujer hizo unos muy bonitos que van muy bien con el “tema” del juego) el juego finaliza con la victoria del mismo y con el destape de un vino tinto para festejar (supongo… nunca gané).
DSC04523Mi compañera, mostrando las cartas de Finn y Jake, de la versión con los personajes de Adventure Time.
El juego, por supuesto, no es perfecto. En ocasiones el azar nos juega una mala pasada y nos quedamos casi sin posibilidad de responder… pero al menos la bronca dura un minuto o dos, hasta la próxima ronda. En ese aspecto el juego balancea muy bien la diversión que representa molestar a tus amigos y burlarte de ellos (aun por cuestiones que poco tienen que ver con tu propia habilidad para jugar) con la posibilidad de la revancha. Es muy recomendable para todos los interesados en el diseño de juegos, y para los que quieran jugar a un juego simple, fácil, portatil, para todos los públicos y para todas las edades. Una joya del diseño japoné, señor.

Gastronomía Épica – Un repaso de mis últimos platillos y chanchadas


// agosto 17th, 2014
Este post no tiene otro objetivo que el de mostrarles a ustedes, mis amados e idolatrados (por momentos) lectores, un poco del arte culinario que desfila en mi hogar, con algunas ideas interesantes y relativamente accesibles que quien se anime podría intentar en su cotidiano manyar. Además, es una buena excusa para volver a mis andadas, ya que hacía como cuatrocientos días que no posteaba nada nuevo.
Disfruten la galería del amor:

FEIJOADA LANUSENSE 
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Como ustedes bien saben -o se olvidaron de aprender en la Wikipedia- la feijoada es el plato típico y mas tradicional de Brasil. Es una gran “familia” de recetas en realidad, y existen innumerables variantes, pero basicamente siempre pueden encontrarse porotos negros, algún tipo de carne, arroz, unas hojas verdes salteadas… Es un plato muy completo y poderoso, con las suficientes calorías como para mover un Transatlántico (a vapor, claro). Mi versión reemplaza la hoja verde tradicional (Que aquí no se consigue) por simple acelga, salteada, condimentada y con bastante pimienta. Puro amor mundialista.

KRAKATOA
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Este plato fue bautizado “Krakatoa” en honor al mítico volcán que le hizo la vida imposible a muchísima gente. Este plato carece del componente letal del original, pero nadie puede negar que es una maravilla estética y ética (me atrevería a decir, ya que estamos profiriendo boludeces). Pure de batata, carne salteada con cebolla y especias, y una mágica lluvia de tomates cubeteados y aderezados con orégano y aceite. Comerlo te hace sentir feliz, y a la vez levemente enfadado con la situación climática.
PAN ESTUFEADO
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Adivinaron. El nombre de este plato deriva de la palabra “Stuffed” del inglés, que significa “relleno”. Es simplemente un pan casero, tipo de campo (amasamos un pan con bastante aceite, y formamos una especie de bocha gigante. No hay mucho misterio). Luego de cocinarlo, lo cortamos todo como si lo quisiésemos transformar en una planilla Excel de almidón, y le estufeamos pedacitos de queso en todas sus intersencciones. Bastante cebolla de verdeo y a derretir. Maravilloso.
Debo reconocer que copié la idea de la internet, pero como le cambié el nombre ya no tengo que pagar royalties. Suck it.
EDIT: Me acaba de alertar mi gran amigo Marioni por medio de los mensajes de la página (y con la dulzura que lo caracteriza) que la idea me la pasó justamente EL, y yo solo la llevé a la práctica, le cambié el nombre y la saborié. Todo el mérito es suyo, sepa disculpar a mi pobre memoria ya demasiado castigada por las inclemencias del caño de escape.
PECHUGA DE POLLO A LA CERVEZA Y MOSTAZA
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Inspirado por una receta irlandesa, decidí utilizar una cerveza casera que me estaba reservando para una ocasión especial (y también, a modo de experimento científico) y cocine esa jugosa pechuga de pollo con cebolla, mostaza, leche y la mencionada bebida espumosa. Es algo hermoso comprobar como las burbujas se escapan de la salsa hirviente, y la cocina se llena de un prometedor aroma a Feria de Colectividades. Cocinen con cerveza, niños, no se van a arrepentir. Métanle birra a la olla.
PLATOS ROBADOS
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Esto no es una receta propiamente dicha. Solo quería mostrar y transmitir una gran verdad: La pizza casera, servida en platitos típicos de pizzería (y que misteriosamente habían ido a parar a mi alacena) sabe mucho mejor…
CHIPÁS DE QUESO RALLADO
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Ahí abandonadito, casi pidiendo por favor que acaben con su sufrimiento y lo rallen de una buena vez, estaba un anaranjado queso sardo. Ni lerdo ni perezoso lo vi y dije “ah, en lugar de hacer chipás con queso Mar del Plata o “cáscara naranja”, voy a meterle cuete a este sardo al que le faltan dos días para estar duranga”. Fécula de mandioca, un huevo, algo de leche y ese queso me sirvieron para hacer los mejores chipás que probé en toda mi vida. Así de simple, así de rico. Me basé en esta receta, a la que le modifiqué, como acabo de decir, un par de ingredientes. Muy zarpado, eh.
POLENTA CON CHOLA
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Si, “conchola”. Ya se que suena raro, y es evidente que me inspiré en Cha-Cha-Cha y su sketch “Tembleque da Bombacheira”. Mas que un plato, se trata de una combinación fatal: Polenta con salsa repleta de chorizo cortado en rodajas, queso fresco y, para culminar, queso rallado por sobre la superficie… y para acompañar: Chola de Oro, la bebida gaseosa típica de Perú. Estuve por la zona de Once y no pude resistir la tentación de llevarme una y testearla. La verdad es que es como tomarse un bubaloo exprimido, pero está buena. Y la combinación no puede ser mas dorada, coño.
ÑOQUIS DE RICOTA CON SALSA DE CEBOLLA, APIO Y PANCETA
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Los ñoquis de ricota son la evolución dentro del mundo de los ñoquis. Se trata de algo tan rico en si mismo que uno bien puede comérselos, ya no digamos solos y sin ningún tipo de salsa: También se me hizo difícil no comerlos crudos. Así de asqueroso soy, pero ya estoy viejo para cambiar…
Si encima los acompañamos con una salsa de cebolla, apio, leche y panceta ahumada confeccionada por un auténtico alemán embutidero del barrio… Con mi mujer tenemos pensado cambiar la fecha de nuestro aniversario por la fecha en la que probamos estos ñoquis. Y yo creo que va a ser lo mejor.
SUBMARINO RUSO
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Mi bella mujer horneó un bizcochuelo superultrachocolatoso que hubiera hecho palidecer al mismísimo Moctezuma (que por cierto, era un botón). Para acompañarlo, hicimos un “submarino” estilo Octubre Rojo (esto es: Recontra cargado con misiles y bien pesado), que no es otra cosa que una taza pequeña de leche con dos barritas de chocolate (si, leyeron bien: Dos). Cada mordisco de ese bizcocho húmedo era como pasarle la lengua al Reino de Dios.

Magnate – Un juego de cartas y gestión de recursos para aprovechar el Decktet


// mayo 25th, 2014
Bueno, es evidente hasta para el mas obtuso de los espectadores que existen en esta Tierra de Dios unos artilugios lúdicos (y adivinatorios… pero esa es otra historia) llamados “naipes” o “cartas”, y que las mismas pueden dividirse en dos grandes familias de packs o “mazos”: Los tradicionales (Baraja Española con sus bastos, oros, copas y espadas. Baraja francesa -o “internacional”- con sus picas, corazones, tréboles y diamantes, y otros tantas variaciones regionales) y los comerciales (Magic, Pokemon, Cromy Club, etc…… Esto último por favor, bórrenlo de la mente).
Pero guarda, machachos, porque también existe un tercer tipo de baraja, y aquí en Epimundo vamos a presentar al miembro mas ilustre de esta familia: El Decktet, un mazo compuesto de 36 cartas, seis tipos de “palos” (en lugar de los 4 a los que nos tienen acostumbrado los tradicionales) y -aquí viene lo interesante- uno, dos y hasta tres palos por carta. Esto claramente modifica por completo la estructura del mazo y permite mecánicas mucho mas… como decirlo sin escandalizar a las viejas… Atrevidas.
Como corolario, y debido a la peculiar situación en la que nos situa el Decktet y su quilombo de números y palos, cada una de las cartas tiene un nombre propio, lo que al principio no tiene la mas mínima importancia y es solo un detalle de color, pero con el tiempo puede resultar un valor agregado interesante, ya que comenzaremos a reconocer a las cartas por su nombre en lugar de tener que nombrar el número y los dos palos que lo acompañan. Pretty awesome, yet practical.
El arte gráfico es a mi gusto fenomenal. Todo tipo de animales (en especial roedores) participando de escenas medievales y fantásticas, con títulos intrigantes y poéticos. Los palos son, como habíamos dicho anteriormente, seis: Soles, Lunas, Olas (de mar), hojas (de árbol, otoñales), dragones y nudos.
Y a que se puede jugar con este mazo?, preguntarán algunos mientras se toman una piña colada con AlbaLatex. Pues existen muchos juegos (decenas, cerca de 100 incluso) con diferente grado de éxito e interés, por supuesto. Los mas interesantes son los que se apoyan en clásicos del género pero le dan una vuelta de tuerca gracias al particular uso de los palos que el Decktet nos permite. Así que tenemos el Jacynth (un “clon” del Carcassonne, pero con detalles propios que lo hacen singular), Emu Ranchers (Lost Cities) y el Magnate, del cual les hablaré hoy y que no es otra cosa que una adaptación (libre y singular) del clásico juego de mesa “Colonos de Catán”.
No voy a extenderme mucho porque realmente considero que este tipo de juegos son difíciles de explicar, y mas difícil aun es trasmitir lo que se siente al jugarlos y lo copado que están. Solo me gustaría meterle un buen sello de aprobación de parte de Epimundo inc. y advertirles a todos que si tienen pensado bajarse el mazo para imprimir, es MAGNATE lo primero que tienen que jugar si quieren enamorarse por completo del Decktet. Solo necesitan los naipes, un par de dados y algunos cubos de colores para representar los diferentes palos (o las “fichas” de recurso que también están disponibles para el Decktet), aunque también se puede jugar con unas pequeñas hojitas como las que pueden verse en las fotos y fichas o piedras comunes.
Magnate es un juego para dos jugadores, y cuya mecánica es simple aunque con mucho espacio al análisis de probabilidades: Debemos gastar recursos en la compra de “propiedades” (cartas) que formarán parte de nuestro portafolio de inversiones y nos darán a su vez mas recursos (siempre y cuando los dados nos favorezcan en cada turno, ya que es necesario lanzar un par de ellos y elegir el número mas alto, y si coincide con el número que aparece en alguna de nuestras cartas, se recolectan recursos acorde a los palos que posee la misma). Como siempre se escoge el dado mas alto de los dos que se lanzan, es natural que las cartas de mayor valor sean las que mas frecuentemente otorguen recursos… pero a su vez son mas costosas de comprar, por lo que el juego plantea un balance interesante.
Otro punto interesante es que no es necesario comprar toda la propiedad para que de recursos, sino que puede hacerse en cuotas durante todo el transcurso del juego. Al finalizar el mazo, se evalúa la cantidad de propiedades de cada jugador y sus valores (solo se tienen en cuenta las que han sido compradas del todo, no los alquileres) y se corona un ganador. Fácil y elegante, y mucho mejor que otros “emuladores de magnate” como el Monopoly o su antigua versión telúrica: El Estanciero.
8 Epis sobre 10. Lo pueden descargar de la BGG, y cualquier duda que tengan sobre las reglas y/o la confección del mazo, no duden en escribir a epimundo@gmail.com

Pizza de carne picada – La síntesis alimenticia


// mayo 10th, 2014 // 
Existe la pizza (ustedes saben: Masa, algún tipo de recubrimiento simil-salsa, puede llevar queso o no, un golpe de horno y ya está) y también existe la empanada (que por lo general, en Argentina, viene rellena de carne picada… a veces viene de atún o mermelada, pero no es importante en este momento, señora. Siéntese.). En Epimundo nos gusta romper todos los moldes y tocar todos los ojetes nacionales al mismo tiempo, por lo que decidimos hacer una pizza de carne picada, utilizando las mas nobles materias primas para la ocasión. Vengan, nomás, que les viá mostrar:
Amasamos duro y parejo hasta lograr una masa suave, tersa, llena de amor y comprensión. Yo la estiro hasta que quede bien finita, porque ultimamente no la hago “pre-pizza” sino que dejo que todo se cocine al mismo tiempo en el horno eléctrico. Claro que si no tienen horno eléctrico (ni horno pizzero, se entiende) se les va a complicar, porque la ventaja del hornito Top-House es que levanta algo así como 10.000 grados centígrados y derrite el acero valyrio en cinco segundos… Pero bueno, nadie es perfecto.
Como yo soy un hombre mediterraneo (a pesar de lo que diga mi apellido terminado en “uk” y proveniente de una zona del mundo en donde en este preciso momento NO LA ESTÁN PASANDO NADA BIEN) preparé una salsa con tomates naturales, albahaca y ajo, todo triturado con el mini-pimer, que es el mejor invento desde las dos piedritas que se chocan y hacen chispa. Esparcir generosamente y besar a la concubina mientras tanto (esto no tiene que ver con la receta, pero a no olvidarse! Así redactan en “Clarin Mujer”, y no veo a Cristina quejándose por Cadena Nacional de ello… )
Embanderamos toda la situación con una buena ración de carne picada dorada con cebolla y condimentada con todo lo necesario para asemejar a relleno de empanada (comino, ají molido, orégano, pimentón, etc. A gusto del comensal y siguiendo las costumbres de su lugar de origen). Yo tengo un secreto para que el sabor sea siempre óptimo y nunca tenga apariencia a carne hervida: Primero doro un poco la carne, la saco del wok o sartén, la tiro a un colador (eso elimina agua y grasa innecesaria) y empiezo a dorar la cebolla… Pasado un par de minutos (cuando empieza a cambiar de color) ahí le vuelvo a agregar la carne y sigo cocinando todo junto. En realidad no es un “secreto” al estilo quién derribó las Torres Gemelas, quién mató a Kennedy o donde está viviendo Yabrán…. Pero entran muchas amas de casa desesperadas a Epimundo.com, y es bueno aportarles algún tipo de material didáctico para que no sientan que todo es recetas y contentar a su marido… También hay acción y suspenso, resolución de problemas y reconocimiento de patrones.
Muzzarela….
Y hornito eléctrico a fuego fuerte, dejando la fuente en la parte baja del mismo (para que se forme “piso” crocante, y a la vez se evite que el queso se queme demasiado pronto).  Una sola pizza de estas contiene todas las proteínas, vitaminas y carbohidratos necesarios para defenderse de un mamuth en celo.
Hasta la semana que viene. Sean felices y por favor, basta de usar el “manos libres” en el celular… queda feo y los quiero fajar.

Kvass – Gaseosa tradicional rusa, made in Epimundo


// febrero 4th, 2014 
Que los rusos hacen cosas locas no es algo que tenga que venir a decírselos yo, verdad? En Rusia la gente maneja en pedo, lanza misiles balísticos (en pedo también), viaja al espacio (probablemente en pedo) y también, por que no, inventa bebidas gaseosa en base a pan negro… y luego probablemente le pone vodka, pero eso no me consta así que tampoco es cuestión de ir murmurando cosas de los rusos que tan buenos son, aunque a veces se pongan un poquito en pedo.
El caso es que hoy voy a hablarles de una bebida Nacional & Popular eslava, que ultimamente ha caído un poco en desuso -como es lógico, por otra parte… el estilo de vida citadino conspira contra los brebajes tradicionales y que requieren esfuerzo en su preparación, decantándose la gente por gaseosas mas industriales como la Coca-Cola y el Fernandito- pero que todavía sigue dando que hablar entre los espíritus aventureros: El Kvass (pronúncienlo como les salga). La pregunta del millón que todos se estarán haciendo es si contiene alcohol, verdad picarones? Bueno, al principio no tiene nada, luego tiene apenas, menos que una “cerveza sin alcohol”, algo así como 0,4% o menos, aunque a medida que pase el tiempo en la botella, su contenido alcohólico irá subiendo, aunque nunca llegará a parecerse siquiera a una sidra. Lo pueden tomar las mamases y los papases, los nenetos y las nenitas, la abuelita y el muchacho que reparte las boletas de Edesur casa por casa y que tanto amamos… así que hagamos Kvass, convidémosle al cartero y toquemos la balalaika, porque Rusia se puso al palo, MAL MAL.
Lo bueno de todo esto es que podemos hacer esta bebida solo con un poco de pan negro (salvado, centeno, etc.), azucar, piel de limón, agua y levadura. Nada mas que eso alcanza, aunque si tenemos algunas pasas de uva, el resultado será aun mejor. Para los impacientes de toda la vida, les adelanto que las cantidades a utilizar se encuentran al final del post… pero no vayan aun, no sean botones.
Podemos comenzar la receta directamente tomando algunas rodajas de pan negro que se haya puesto viejo y queramos reciclar… o mejor aun: Podemos hacer nuestro propio pan a gusto y piaccere (hard mode). Yo elegí esto último porque soy un rebelde y me gusta experimentar cosas nuevas, pero ambas opciones son buenas, no vaya a creer. En caso de que hagamos nosotros mismos el pan, no es necesario hacerlo levar ni nada, basta con que los ingredientes terminen siendo cocinados en el horno y tostados… no nos lo vamos a comer, solo lo vamos a utilizar para el “brewing” o infusión en agua caliente, de manera muy parecida al proceso de la fabricación de cerveza. Yo utilicé un poco de harina integral, agua, un poco de azucar y una cucharadita de café para darle fuerza y flavour. Cocinamos el pan en el horno, lo cortamos en rodajas y lo volvemos a meter en horno bien caliente, hasta que se tuesten por completo (tiene que quedar negro por fuera en su mayoría, sin que se queme del todo hasta el centro del pan… con que se ennegrezca la superficie ya es suficiente, con las puntas y las zonas mas finas tipo carbón (es un buen indicativo de que ya es suficiente cocción… también funciona si queremos saber cuando es momento de dejar de tomar sol en la playa: cuando las partes mas finas de la piel se parecen a un carbón, ya es momento de llamar al SAME, relajarse y disfrutar)
Que hacemos con el pancito tostado? Llenamos una cacerola con agua pasada por el filtro para quitarle el cloro (en caso de no tener filtro no hay ningún problema: Solo la dejamos hervir unos minutos antes de apagar el fuego en el próximo paso) y la llevamos a punto de ebullición. En cuanto hierva, apagamos el fuego y le agregamos el panino, un poco de cáscara de limón y si tenemos un puñadito de pasas de uva. Procuramos que el agua cubra el pan y dejamos reposar 8 horas, con la olla tapada.
Pasado ese tiempo, viene la parte divertida (believe me): en un bol, ponemos dos  tazas de azucar, un poco de agua segura (sin cloro, hervida, etc.) y medio pan de levadura . Mezclamos bien, le quitamos el pan, la cáscara de limón y las pasas a nuestra olla de infusión (tratamos de limpiar bien todo para que no queden muchas impurezas) y le agregamos la levadura con el azucar. Revolvemos y tapamos durante seis horas:
Abrimos la olla y nos encontramos con algo como esto. Una especie de cerveza dulce que no para de burbujear y crear espuma! Si por una de esas malditas casualidades no se verifica espuma ni burbujas de ningún tipo, es probable que nuestra levadura haya muerto en el proceso y ello es debido a que la sometimos a altas (o muy bajas) temperaturas en algún momento… acuérdense de no diluir el azucar con agua CALIENTE antes de echar la levadura, porque sin dudas eso la matará y ustedes no podrán dormir por las noches por asesinos en masa. La solución es simple: agregar un poco mas de levadura viva a la olla y dejar reposar por unas horas hasta que se verifique el proceso.
Embotellamos (en  botellas de gaseosa plásticas, las cuales aplastaremos un poco antes de tapar, para permitir que los gases de la fermentación (que seguirá ocurriendo por varios días mas) no revienten la botella y tengan lugar para expandirse. En 12 horas está listo para ser consumida, y a medida que pase el tiempo irá perdiendo sabor dulce y ganando un poco de alcohol. Ir revisando cada seis horas, y si las botellas están muy infladas, aflojar un poco la tapita para liberar gas, y luego volver a cerrar con fuerza.
Espuma, burbujas, un ligero sabor a trigo mezclado con aromas que probablemente jamás hayan conocido antes. Así es el Kvass, la bebida de la camaradería.
Receta:
250 gramos de pan negro
dos tazas de azucar
piel de un limón
medio pan de levadura (25 g)
un puñado de pasas de uva
cinco litros de agua sin cloro