// agosto 17th, 2014
Este post no tiene otro objetivo que el de mostrarles a ustedes, mis amados e idolatrados (por momentos) lectores, un poco del arte culinario que desfila en mi hogar, con algunas ideas interesantes y relativamente accesibles que quien se anime podría intentar en su cotidiano manyar. Además, es una buena excusa para volver a mis andadas, ya que hacía como cuatrocientos días que no posteaba nada nuevo.
Disfruten la galería del amor:
FEIJOADA LANUSENSE
Como ustedes bien saben -o se olvidaron de aprender en la Wikipedia- la feijoada es el plato típico y mas tradicional de Brasil. Es una gran “familia” de recetas en realidad, y existen innumerables variantes, pero basicamente siempre pueden encontrarse porotos negros, algún tipo de carne, arroz, unas hojas verdes salteadas… Es un plato muy completo y poderoso, con las suficientes calorías como para mover un Transatlántico (a vapor, claro). Mi versión reemplaza la hoja verde tradicional (Que aquí no se consigue) por simple acelga, salteada, condimentada y con bastante pimienta. Puro amor mundialista.
KRAKATOA
Este plato fue bautizado “Krakatoa” en honor al mítico volcán que le hizo la vida imposible a muchísima gente. Este plato carece del componente letal del original, pero nadie puede negar que es una maravilla estética y ética (me atrevería a decir, ya que estamos profiriendo boludeces). Pure de batata, carne salteada con cebolla y especias, y una mágica lluvia de tomates cubeteados y aderezados con orégano y aceite. Comerlo te hace sentir feliz, y a la vez levemente enfadado con la situación climática.
PAN ESTUFEADO
Adivinaron. El nombre de este plato deriva de la palabra “Stuffed” del inglés, que significa “relleno”. Es simplemente un pan casero, tipo de campo (amasamos un pan con bastante aceite, y formamos una especie de bocha gigante. No hay mucho misterio). Luego de cocinarlo, lo cortamos todo como si lo quisiésemos transformar en una planilla Excel de almidón, y le estufeamos pedacitos de queso en todas sus intersencciones. Bastante cebolla de verdeo y a derretir. Maravilloso.
Debo reconocer que copié la idea de la internet, pero como le cambié el nombre ya no tengo que pagar royalties. Suck it.
EDIT: Me acaba de alertar mi gran amigo Marioni por medio de los mensajes de la página (y con la dulzura que lo caracteriza) que la idea me la pasó justamente EL, y yo solo la llevé a la práctica, le cambié el nombre y la saborié. Todo el mérito es suyo, sepa disculpar a mi pobre memoria ya demasiado castigada por las inclemencias del caño de escape.
PECHUGA DE POLLO A LA CERVEZA Y MOSTAZA
Inspirado por una receta irlandesa, decidí utilizar una cerveza casera que me estaba reservando para una ocasión especial (y también, a modo de experimento científico) y cocine esa jugosa pechuga de pollo con cebolla, mostaza, leche y la mencionada bebida espumosa. Es algo hermoso comprobar como las burbujas se escapan de la salsa hirviente, y la cocina se llena de un prometedor aroma a Feria de Colectividades. Cocinen con cerveza, niños, no se van a arrepentir. Métanle birra a la olla.
PLATOS ROBADOS
Esto no es una receta propiamente dicha. Solo quería mostrar y transmitir una gran verdad: La pizza casera, servida en platitos típicos de pizzería (y que misteriosamente habían ido a parar a mi alacena) sabe mucho mejor…
CHIPÁS DE QUESO RALLADO
Ahí abandonadito, casi pidiendo por favor que acaben con su sufrimiento y lo rallen de una buena vez, estaba un anaranjado queso sardo. Ni lerdo ni perezoso lo vi y dije “ah, en lugar de hacer chipás con queso Mar del Plata o “cáscara naranja”, voy a meterle cuete a este sardo al que le faltan dos días para estar duranga”. Fécula de mandioca, un huevo, algo de leche y ese queso me sirvieron para hacer los mejores chipás que probé en toda mi vida. Así de simple, así de rico. Me basé en esta receta, a la que le modifiqué, como acabo de decir, un par de ingredientes. Muy zarpado, eh.
POLENTA CON CHOLA
Si, “conchola”. Ya se que suena raro, y es evidente que me inspiré en Cha-Cha-Cha y su sketch “Tembleque da Bombacheira”. Mas que un plato, se trata de una combinación fatal: Polenta con salsa repleta de chorizo cortado en rodajas, queso fresco y, para culminar, queso rallado por sobre la superficie… y para acompañar: Chola de Oro, la bebida gaseosa típica de Perú. Estuve por la zona de Once y no pude resistir la tentación de llevarme una y testearla. La verdad es que es como tomarse un bubaloo exprimido, pero está buena. Y la combinación no puede ser mas dorada, coño.
ÑOQUIS DE RICOTA CON SALSA DE CEBOLLA, APIO Y PANCETA
Los ñoquis de ricota son la evolución dentro del mundo de los ñoquis. Se trata de algo tan rico en si mismo que uno bien puede comérselos, ya no digamos solos y sin ningún tipo de salsa: También se me hizo difícil no comerlos crudos. Así de asqueroso soy, pero ya estoy viejo para cambiar…
Si encima los acompañamos con una salsa de cebolla, apio, leche y panceta ahumada confeccionada por un auténtico alemán embutidero del barrio… Con mi mujer tenemos pensado cambiar la fecha de nuestro aniversario por la fecha en la que probamos estos ñoquis. Y yo creo que va a ser lo mejor.
SUBMARINO RUSO
Mi bella mujer horneó un bizcochuelo superultrachocolatoso que hubiera hecho palidecer al mismísimo Moctezuma (que por cierto, era un botón). Para acompañarlo, hicimos un “submarino” estilo Octubre Rojo (esto es: Recontra cargado con misiles y bien pesado), que no es otra cosa que una taza pequeña de leche con dos barritas de chocolate (si, leyeron bien: Dos). Cada mordisco de ese bizcocho húmedo era como pasarle la lengua al Reino de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario